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Las Visitas de Lula y Bush: Pasando El Cernidor

Por Isaac Alfie

En la últimas dos semanas el Uruguay tuvo el honor de recibir a los dos Presidentes de los países del mundo con quien tiene mayor intercambio comercial, los que además, son Presidentes que dos países muy importantes en el concierto internacional y, de hecho, uno de ellos, el de la principal potencia del mundo.

Mucho se especuló previamente acerca del contenido que tendrían las conversiones. Los integrantes de nuestro gobierno hicieron gárgaras con planteos. Una vez pasadas las visitas solamente algunas líneas generales se conocen por la prensa, y nada concreto por los voceros del gobierno, por lo que mucho tememos que nada concreto en beneficio del Uruguay haya ocurrido, al menos palpable a corto plazo. Sin duda que el mensaje del Presidente Bush, “para lo que precise just pick-up the phone”, es algo muy importante y bueno, como lo fue en el mismo sentido el hecho que haya dicho que ambos países comparten los valores de defensa de la democracia y la libertad. Todos sabemos la importancia de poder “levantar el teléfono” si se necesita una mano en momentos difíciles y nuestro Presidente también porque, pese a que en su momento únicamente utilizaba el cálculo electoral y recurría a sentimientos primarios, tuvo la grandeza de agradecer en nombre de todos los uruguayos la mano recibida en agosto de 2002.

De todos modos algunas conclusiones se pueden sacar. Lula vino a frenar cualquier intento del díscolo gobierno uruguayo respecto a forjar una relación más intensa con Estados Unidos. Su mensaje dual debe interpretarse como una negativa a que Uruguay tome en solitario el camino de un acuerdo de libre comercio. Por si fuera poco, su Canciller, Celso Amorím, lo dejó claro -aunque para muchos pasó desapercibido-. Basta ver el giro de 180º en las declaraciones de los ministros Lepra y Astori, posteriores a la reunión, para advertir que de alguna manera, el Presidente Vázquez dio instrucciones de que: “de TLC con Estados Unidos vamos a dejar de hablar”, al menos por el momento. De la corrección de asimetrías, la propuesta de Brasil para flexibilizar las condiciones de origen de bienes que se exportan desde Uruguay, de los fondos estructurales concretos, etc. nada se dijo y, dada la trascendencia de la visita, parece que son temas que se guardarán por un tiempo en los anaqueles de las buenas intenciones.

La visita del Bush también pareció más política que de asuntos comerciales en concreto. No desdeñamos de su importancia, ya la hemos remarcado, pero deja la sensación que todos los “planteos” que Uruguay iba a realizar, eran “para la tribuna”, nada de efectos prácticos. Como para la tribuna fue la actitud del ministro Mujica una vez retornado de Anchorena, convocando a la prensa para decir que le duele el estómago. Con todo respeto Sr. Ministro, eso fue un poco rídiculo, nadie le puede creer, le pedimos un poco más de respeto por el intelecto de los ciudadanos, no todo lo puede el marketing, por mejor armada - tractor incluido - que haya sido su aparición.

En realidad, debemos de tener presente que la democracia en Estados Unidos, al igual que en Europa y otros países funciona como tal, y no al impulso de las órdenes o deseo de una persona, cuasi emperador o dictador, como lamentablemente nos estamos acostumbrando a ver por nuestra Sudamérica en más de un país. Es decir, la voluntad del Presidente cuenta, pero los Parlamentos, los reglamentos y las instituciones internas, también son muy importantes, porque le dan estabilidad al sistema, cosa no menor; a decir verdad, cosa mayor a la hora de decidir las inversiones y el lugar donde vive la gente.

Creemos que hablar de software, que ya entra sin restricciones, de arándanos (blueberries) -con potencial sí pero de reducida dimensión-, o de ir por el Sistema General de Preferencias (SGP) que existe hace más de 30 años y no parece ser de gran utilidad, en especial porque siendo sus concesiones son precarias -no definitivas-, nadie va a arriesgar demasiado, es casi tomarle el pelo a quienes escuchan, jugando con el desconocimiento de la enorme mayoría de la población en temas muy específicos, con innumerables vericuetos técnicos.

Para finalizar, y dado que las autoridades de gobierno siguen hablando de solución para el tema textil la que, sin un TLC, no parece posible, la única duda que nos queda es si en las conversaciones de Anchorena, o en las que se tiene por el TIFA no se está pensando en otorgar alguna concesión en materia de Propiedad Intelectual (patentes), compras gubernamentales u otra cosa que no sea comercio, a cambio que Estados Unidos nos otorgue alguna preferencia al amparo de las facultades que tiene para tratar a países que tienen programas de ayuda para la lucha contra el terrorismo, la producción de drogas, el tráfico de armas o el lavado de dinero. Creemos que Uruguay no se merece una “solución” de ese estilo, que nos generaría desprestigio inventando problemas mayores donde no existen. Esperemos que no sea así, el fin no siempre justifica los medios.

 
 
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