La Guerra de las Aguas. Episodio I: El Ejército Sudamericano

Por: Dr. José Ignacio Amorín

La semana pasada, Luiz Alberto Moniz Bandeira, “prestigioso” historiador y politólogo brasileño daba una conferencia en Buenos Aires en la que afirmaba entre otros vaticinios, que en el futuro cercano, y gracias a la incorporación de Venezuela al Mercosur, nuestro Ejército Regional -entidad que solo existe en la fantasía del prestigioso autor- superaría militarmente al de los Estados Unidos.

Al mismo tiempo, Argentina lanzo su “Plan Ejército Argentino 2025” para lo que supone ser una guerra contra el Imperio, en defensa del acuífero guaraní. Una especie de Guerra de Las Galaxias, pero por el Agua. Uno piensa que ese impulso bélico podría estar fundamentado tomando en cuenta lo bien que les fue en la guerra de Malvinas.

Para no ser menos, en el Uruguay, Víctor Semproni (Espacio 609), Jorge Menéndez (PS) y Jorge Pozzi (Nuevo Espacio), coincidieron con la idea de implementar ese proyecto magnífico en nuestro país también, estimando que debería consolidarse un esquema de defensa en conjunto de los recursos que comparten los países sudamericanos, lo que implicaría recurrir a la guerra de guerrillas, donde los civiles tendrían un papel protagónico.

¿Acaso Semproni no vio los aviones, helicópteros, tanques, vehículos blindados, y el portaviones que trajo Bush, para ir a pescar con Tabaré Vázquez? Nadie se imagina que puede llegar a traer si nos quiere invadir. ¿Y si viene Inglaterra? ¿Si viene Irán? ¿Si viene China? Afortunadamente, nuestra fuerza militar cuenta entre otros, con nuestros avanzados FMA-IA58, de 1981 -los mismos aviones usados por Argentina en la guerra de Malvinas-, y con esos: ¡no hay quien pueda!

A su vez, Semproni, Menéndez y Pozzi, nos pintan este futuro para las nuevas generaciones: mientras Secundaria reduce la cantidad de horas de informática y de inglés, pero sí, les vamos a enseñar a nuestros jóvenes a manejar ametralladoras. No estaremos preparados para competir en el mundo globalizado y seremos unos ignorantes, pero sabremos disparar armas -que son más dignas de estar en la colección de un museo militar que en manos de un ejército- contra alguno de los ejércitos del Imperio. Venimos bien...

A uno le suena bastante parecido a las poblaciones perdidas de Medio Oriente que vemos en CNN matándose entre si, o a las pobres milicias de las guerrillas africanas que vemos retratadas en las películas de Hollywood, últimamente tan de moda.

¿Tan mal estaremos que queremos apuntar a eso? Esperemos que no. Esperemos que todo esto quede como una divertida anécdota de demencia legislativa, y salgamos a competir en el mundo con nuestro conocimiento, nuestras habilidades, y nuestro trabajo .